Creando
Escritura creativa (probando al menos)
TIRE EMPUJE
(marzo de 2023)
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Así, uno a cada lado,
dos imperativos separados
que hacen una pareja perfecta.
TIRE se me impone a la lectura,
EMPUJE lo leo invertido, lo deduzco,
no necesito verlo de frente.
Se entiende que no hay TIRE sin EMPUJE,
siempre es TIRE-EMPUJE,
mejor: tirempuje.
No hay uno sin otro,
una díada incuestionable.
De este lado TIRE, entonces.
Y es un segundo en que mi cabeza organiza desesperada:
TIRE = hacia mí,
EMPUJE = hacia adelante.
Me doy cuenta de que el cuerpo lleva a cabo
Mi referencia es física,
más que física, es corporal.
Eso me lo hace difícil, intelectualmente.
Todo es en relación a mi propio cuerpo.
TIRE me remite a
Tirar,
Expulsar,
Lanzar
Impulsar,
Desechar,
Sacar afuera.
Nunca Atraer.
Pero siendo opuesto a EMPUJE…
EMPUJE es
Despedir,
Impulsar,
Arrojar,
EMPUJE es hacia adelante, afuera del cuerpo también.
Entonces, en esa diferencia no hallo la oposición.
Además, en ese orden del TIRE-EMPUJE,
la lógica es poco afortunada.
No todas las puertas se abren hacia adentro, o hacia afuera,
hacia adentro del lugar o hacia afuera del cuerpo,
ni hacia afuera del lugar y hacia el cuerpo.
Es un orden al que yo no le encuentro lógica.
En un punto es un binomio de cuasi idénticos,
una pareja que se lleva demasiado bien,
una orden y una contraorden que no la contradice más que a medias.
¿Cómo reacciono al TIRE-EMPUJE?
Como se puede reaccionar ante el tirempuje:
Hago una cosa y la otra, una de dos funciona.
Creo que casi siempre primero empujo y después atraigo.
TIRE EMPUJE
Se ofrecen separadas pero vienen juntas,
Así reacciono.
Si solo fuera TIRE,
Si solo fuera EMPUJE.
Quizás haría lo mismo en ambos casos
Pero sin conflicto.
En una instancia del tirempuje
Nos conocimos.
Yo tirempujando aquí
y vos lo mismo pero del otro lado.
Coincidimos en la confusión
y así empezó esta historia de desencuentros.
Frente al TIRE
(EMPUJE que adivino)
Estaba tu EMPUJE
(TIRE asegurado -pienso yo sin saber exactamente qué pensabas).
TIRE es dar por acabado
Y se supone que ese TIRE abre
Aun cuando yo entraba
Y vos salías
Pero dado que no hay un imperativo sin otro,
Ahora lo entiendo todo
Es un vaivén voluntario.
Fuimos esa pareja que
como te digo una cosa, te digo la otra -al decir de mi tía abuela.
No es que nunca hubo un sí ni un no:
nunca un SÍ sin un NO,
como el TIRE-EMPUJE.
Nos encontramos en el desencuentro
Y nos desencontramos durante toda la relación.
Había ritmo seguro:
Vos, empujando
Yo, tirando
Yo, tirando o empujando
Un tirempuje constante.
Empezó en un bar y termino en otro
Nuestra relación, digo.
Siempre tratando de organizarme, yo
Siempre desorganizado, vos.
Vos de un lado y yo del otro.
Lado A y lado B,
Cara y ceca,
Anverso y reverso,
Las dos cara de la misma puerta:
TIRE EMPUJE.
Un posible origen de la palabra TIRAR es disparar una flecha.
¡Ahí está!
Lanzar, de nuevo.
Pero de su origen incierto deriva mi desorientación.
También algo del mandato frente a mi rebeldía.
Tener que responder a una disposición que interrumpe mi hacer
Y con una orden sobre sí misma.
Ni siquiera:
TIRE de la PUERTA
Entiendo que el objeto es más potente que su nombre
La puerta está ahí,
pero solo TIRE es una orden del tipo
Porque lo digo yo y punto.
TIRE, sin más
(sin más que EMPUJE, por añadidura)
TIRE DE la puerta,
Y todo el problema se resuelve con una preposición
EMPUJE la puerta.
O en ausencia de esta.
Mi madre se recibió de periodista por correspondencia,
hace unas cuántas décadas.
Su caligrafía era armoniosa
y su ortografía casi perfecta,
salvo por el deceo.
Así cerraban sus cartas siempre:
con el deceo de vernos pronto.
Tal vez por eso mismo, su deseo tardaba mucho en concretarse
y casi nunca ocurría,
Casi nunca ocurrió.
Nuestra relación era por correspondencia,
como sus estudios.
Un vínculo de tirempuje,
Salvo que aquí mi cabeza nunca organizaba
y eso que a mí me inquietaba bastante su deceo,
desde pequeña, cuando su carta llegaba a mis ojos,
nunca a mis manos.
A veces ni eso,
era descartada.
¿Habría deceo en esa carta de descarte, en la descarta?
Y algo del TIRE-EMPUJE también habría,
porque cuando Nito decía “alverja”,
a mí no me incomodaba ni tampoco me confundía.
Y no era porque Nito ni el primero inferior había concluido.
Algo de la oralidad y la escritura podría haber sido,
Pero no, era vincular el tema,
lo afectivo, sin duda,
la distancia,
“alverja” era arveja
pero el deceo, ¿era realmente deseante?
En este sentido, yo tirempujé años más tarde para que funcionara
el TIRE o el EMPUJE,
pero no hubo caso.
Siempre estuvimos ella, mi madre, y yo
de un lado y del otro de la puerta:
TIRE EMPUJE.
Vengo evitando largamente
como el vacío entre un cartel y otro:
TIRE EMPUJE
esa pausa a la que no doy lugar con el guión;
TIRE-EMPUJE
ese hueco que niego:
tirempuje.
Me resisto a presentar el problema en términos de
oralidad-escritura,
pero.
Me gusta pensarlo como problema y no como dilema,
Algo que puede resolverse,
Aunque más no fuera con un signo ortográfico,
desde la lengua,
siempre desde la lengua,
desde el cuerpo, que también es (la) lengua.
El dilema queda así,
como el vínculo con mi madre,
a un lado y a otro.
El problema se pone en relación,
Los contrarios se relacionan,
Y hasta se integran.
Mi infancia estuvo cargada de una escritura efímera,
una tensión entre morir y perdurar.
Por razones bien diversas
y racionalizaciones variadas,
escribir era parte de mi cotidiano desde temprana edad.
El receso de invierno y las vacaciones de verano eran tiempos de
Borrón y cuenta nueva.
Mis cuadernos ya terminados, firmados y con dedicatorias de la maestra,
se transformaban en papeles que volvían a servir de tabula rasa.
Reescribía sobre las mismas hojas, a veces hasta que un agujero pusiera fin a la tarea.
Las paredes de la casa hacían lugar a pizarrones con garabatos y palabras que enseñaba a mis alumnos imaginarios o a mis muñecas aplicadas.
Escribía con ramitas en el barro,
con esas piedras que dejan marca en las baldosas o en otras superficies disponibles.
Cualquier papel se transformaba en anotador.
Cambiaban los soportes, los instrumentos,
y casi siempre todo podía desaparecer;
con una goma,
con miga de pan,
con lija,
por los efectos del sol o de la lluvia,
por una pintura nueva o una limpieza de cara.
Era una escritura efímera.
Hasta los 11 o 12 años:
En este cuatro no hay más luz
que la de esta simple lámpara inmóvil.
Y en mi corazón no hay más oscuridad
que la de un recuerdo casi olvidado.
Ese fue el inicio de la escritura duradera.
TIRE EMPUJE
Par que supone Entrar y Salir,
permanecer un tiempo,
como la escritura de mi infancia,
hasta que algún acontecimiento o voluntad decida lo contrario.
Persistir implica
deseo vivo,
viviente,
sustantivo y verboide:
deseo deseando.
En
TIRE EMPUJE
no hay proyecto,
hay presagio,
sale seguro,
o salida asegurada.
Son dependientes,
aunque simulen lo contrario o me parezcan iguales.
Se ofrecen como categorías que ordenan pero no definen,
como los sinónimos:
Permanecer y Persistir se encuentran en la misma entrada
y no son lo mismo;
como los antónimos:
Efímero y Perdurable,
pueden volverse su complementario como si fueran recíprocos
(incluso lo perdurable puede acabarse un día).
TIRE EMPUJE
La existencia de uno
depende de la existencia de otro.
TIRE es la máscara
de la presencia de EMPUJE,
en su ausencia.
Presente-ausente
casi siempre es mayor el peso de su contrario.
Tirempuje como PUJAR
Pulsar,
Presionar repetidas veces,
Ese acto de hacer uno y otro, de repetición frente al TIRE-EMPUJE
Si hay TIRE hay EMPUJE
Quizás por eso TIRE
(y no Atraiga)
Para que a TIRE le siga EMPUJE.
TIRE EMPUJE
Da idea del valor que tiene una cosa
por lo que la misma cosa esconde.
TIRE esconde EMPUJE
Lo descubro:
TIRE-EMPUJE
Lo revelo:
Tirempuje..
ENSAYandO
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Lenguaje inclusive 💚
(30 de agosto de 2018)
Soy extrema, extremista, categórica, tengo mis límites, mis "hasta aquí llego", porque también soy intolerante, prejuiciosa, seguramente machista, conservadora, anticuada. Sí, soy eso, y no sólo eso.
Me cuesta escribir en lenguaje inclusivo, hablarlo me cuesta más. Pero por formación (académica) y deformación (también académica), por experiencia (estoy viva hace algunas décadas, según recuerdo) e inexperiencia (no lo he probado todo, ni quisiera yo) se me hace difícil negar la existencia de una tensión entre pares que parecieran ser contradictorios pero son, al fin, necesarios para el movimiento. Lo viejo-lo nuevo, lo instituido-lo instituyente, lo conocido-lo desconocido, lo naturalizado-lo extraño. Y las posibilidades de la lengua que trae grises, variantes, categorías, analogías, sinonimias, acepciones, que no necesariamente distienden la tensión, a veces hasta la agudizan: naturalizado-nativo-"por opción", homo-hetero-trans...
Lo que damos por cierto, normal (o normatizado), aceptable (y aceptado) siempre tiene otra cara, al menos una cara más (el par dialéctico, su contrincante, su "opuesto"). Si aparece un lenguaje inclusivo y genera resistencia es porque viene a poner en duda lo establecido. En principio, no importa si nos parece o no, si nos gusta o no, tiene presencia en las voces orales y escritas: propias y/o ajenas. Si aparece es por algo y si genera resistencia es por Algo (en mayúscula para no tener que aclarar como Don Julio: "también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado", en Instrucciones para Subir una Escalera).
Hace unos años en un examen final cité a Freud (Sigmund) y luego a Melanie (Klein), así como lo escribí: por apellido al psicoanalisto (el varón, sí) y por nombre a la psicoanalista. La coordinadora de la carrera se rió y reprodujo el uso; enseguida pensé: <tan de entrecasa ella, tan ilustre él>. Algo suena muy natural en el lenguaje y, sin embargo, huele bastante raro. Gracias a los que saben escuchar, bienvenidos los que queremos escuchar y ver más allá de lo obvio, mientras podamos.
Aunque me cueste poner en práctica total el lenguaje inclusivo, no reniego, lo ejercito, me transgredo a mí misma, con mi buena (auto) estima (me) desestimo de mis usos arraigados y de mis gustos tan razonables. También soy esto, esta, "este".
Les invito a descreer de mis palabras, a pasarlas por alto, a repensarlas con sus propias ideas, a echarlas por los aires o por tierra, a desecharlas o tomarlas en parte, a ni siquiera leerlas. Porque:
Soy mesurada, nunca neutral, vacilante, observante, tolerante, feminista, socialista, revolucionaria. Soy esta, y no sólo esta.
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Cuando los niños son víctimas
Un Tema mayor que atañe a nuestros menores
(Publicado en www.libreseiguales.org / 5 de diciembre de 2016)
Hace pocos días se hizo público un conjunto de denuncias de abuso en un instituto de niños sordos e hipoacúsicos de Mendoza. La noticia puede leerse en varios portales de comunicación, aunque hubiera esperado –como en otros casos- que tuviera más repercusión y menos silencio. Entiendo los tiempos de la justicia, entiendo que la condena social puede ser errada cuando el conocimiento es recortado, pero. Pero lo cierto es que enseguida empecé a tomar contacto con personas con nombre y apellido, confesiones y declaraciones dolorosas. Pero la verdad es que otros tipos de violencia contra niños sordos llevan muchos años y se justifican, se argumentan, se solapan, se niegan y se disfrazan. Por supuesto que cada hecho es determinado en sus circunstancias particulares y en el contexto específico, son sus actores intervinientes: víctimas, victimarios, cómplices. Sí, creo en ello. Creo que hay hechos aberrantes, pero a veces no me animo a clasificarlos en más o menos graves en su individualidad. La violencia infantil es violencia en todas sus formas, aunque haya situaciones que la vuelvan más impactante. Es imposible justificar el abuso físico, la violación, IMPOSIBLE. Es imposible entenderlo en el marco de una institución con poder económico, político, social. Cuando pienso y siento que esta lucha debe/debiera/debería conducir a una verdadera transformación, quiero decir que impedir la diversidad, forzar las formas de comunicación, negar la libertad de expresión, querer hacer del otro alguien normativizado, parecido a lo que se entiende como normal bajo pretextos de darle aquello de lo que carece, de beneficiarlo con la igualdad (que es en realidad no diversidad), no es aceptable. Entiendo que la idea de libertad pueda ser objeto de debate (filosófico, epistemológico...), pero la opresión, la represión y la violación de los derechos humanos son inadmisibles.Para que la riqueza de palabras no encubra lo valioso de la palabra:Atar las manos a un niño es violencia. Atar las manos a un niño sordo es violencia. Prohibir hablar a un niño en la lengua que desee, quiera, pueda, elija, es violencia. Golpear físicamente, herir con palabras o acciones a un niño es violencia. Negar la elección sexual, religiosa, cultural, lingüística a un niño es violencia. Decir que alguien será mejor por asemejarse a las mayoría es una forma de violencia. Las denuncias y declaraciones de lo que sucedió en el instituto de Mendoza y en otros del país y del mundo exponen un grado de violencia que nos obliga a ser parte del cambio."Todo ser humano tiene capacidad y potencialidad y puede ejercer alguna alguna forma de poder que le permita transformar las relaciones y situaciones sociales negativas." (Maritza Montero). No callemos, la indiferencia y la neutralidad no conducen a la transformación social. ¡Por los niños!
PoePROSANDO
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Un péndulo que como el boomerang devuelve, pero en ir y venir constante, que fluye como la vida que es devenir precioso.
Armonía que triunfa aún en el desequilibrio permanente que es lucha de energías que buscan equipararse.
Trayectoria paciente y repetida como la semilla que echa raíces, que se hace tallo y tronco, que da frutos que devuelven a la tierra la semilla.
Como un péndulo es mi existencia cuando la pienso, y así la sienten mis emociones.
Un péndulo en movimiento constante que parece infinito y crea la ilusión de interminable, aunque sepa que estoy de paso, porque también sé que hay eterno retorno.
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(Publicado en Facebook, 8 de abril de 2017)
Muerta por mujer, muerta por militante. Si violada, silente sometida. Si rebelde, tras violada muerta. No hay dios ni justicia ejemplar. No son cambios de planes, es una gran transformación colectiva. No estamos errando el camino, ya estamos del otro lado. Culpable el violador, el homicida, la educación, el sistema. Culpables los que niegan, los cómplices, el que justifica, quien no se hace cargo, el que confunde propiedad privada con apropiación y vida privada con hacé lo que quieras mientras no te metas conmigo. Con cada una menos se acortan las distancias entre ella, vos y yo y el dolor no es metáfora ni la lucha, un emblema. Dolor y lucha son síntoma, emergente, signo y modo.
Mujer milmujeres
(Publicado en www.libreseiguales.org / 8 de marzo de 2017)
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Mujeres teníamos que ser. Y no porque algo habíamos hecho, simplemente porque así se fue delineando todo. Y lo naturalizamos. Mujeres teníamos que ser, de todas las edades y razas. Abanderadas de banderas otras. Llevando en alto lo que nos vino dado. Mujeres tenían que ser. Las que regaron con sangre el odio machista. Las que nos dejaron un hueco en el alma, y el cuerpo adolorido. Las que en el recuerdo erizan nuestra piel y nuestro sexo. Las que lloran en nuestras lágrimas, las que nos delegaron la fuerza para la lucha.¡Mujeres eran todas ellas! Mujeres nacidas de mujeres, por voluntades femeninas, con garras de mujeres, mujercitas, mujerazas, mujeronas. Mujeres eran las que llevamos como estandarte de culpas que no tuvieron, de castigos de los que no eran destinatarias, de aberraciones que no caben en los pechos que amamantan o que ventilan, ni en el útero que late o se expande y registra o regula el ciclo de la vida propia o de la que germina. Mujeres todas, de palabras dormidas en el sistema, de proyectos sin marca registrada, de envases con fecha de vencimiento. Mujeres provocativas y rebeladas, provocadoras y reveladas, en rojo carmesí y negro noche. De taco aguja y mocasín, de pies pequeños y como Pie Grande. Con uñas pintadas y también boquitas, de uñas cortas y bocasucias. Unas y otras. Todo en una. En matices. Unas veces u otras. Tengo ganas de ser mujer y que no duela, de ser mujer hasta la médula, sin ser la mujer que esperan y también peleando con la mujer que soy.Tengo ganas de definir mujer con mil acepciones, todas enérgicas, latiendo, en movimiento, envueltas en respiro, verbales y gestuales. Mujer tenemos que ser. Como si fuéramos una, aunque muchas, todas y cada una.Y en ese espejo de milmujeres, querernos vivas.
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Medialeando​
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Estructura estructurándose o Sersiendo
(3 de abril de 2022)
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